sábado, 18 de septiembre de 2010

buscando sentido

Hoy me he levantado, he lavado mi ropa y tras eso, de repente, el tiempo empezó a volar. Por pura falta de sentido vital perdí cualquier noción temporal.
De esta manera llego escribo hoy para saber que sentido tienen nuestras acciones, pues al final a quien coño le importa lo que hacemos, sentimos o quereemos. ¿Cuál es el sentido de todo el dolor que experimentamos?
Hay días, como hoy, en los que los filos curvos de armas blancas muestran cierto y morboso atractivo, en los que el frío del acero en nuestra hendida carne nos nos atrae, pero no llegamos al acto por el simple hecho de que creemos que algo puede que venga después. Que algo posterior merezca la pena.
Y aquí es donde planteo finalmente esa pregunta de el que nos da sentido.
El amor puede ser un fundamento pero realmente nos da sentido... No lo sé, pues, en ocasiones, y así lo ha demostrado mi experiencia, duele más de lo que realmente satisface.
Amo luego existo se puede decir en cual quier caso, puesto que la existencia, y no en un sentido cartesiano, es al fin y al cabo solo el sentimiento de estar vivo. ¿Pero no es mejor un morfínico sentido de vacuidad que nos aleje de todo? ¿Realmente merece la pena sentir y buscar un sentido a la vida?

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